Hoy tengo ganas de agradecer, a la gente que siempre estuvo a mi lado, cuando empezó todo esto, (es una forma de decir, me refiero específicamente a la mediumnidad), cuando “descubrí” y lo entrecomillo porque en el fondo era una verdad que solo salió a la luz, que me bancaron con mis cambios de humor, con mis miedos, que se armaron de paciencia para escuchar estas historias, que suenan a locura, para calmarme cuando me pasaba de rosca, que me entendieron a pesar de no experimentar, de no vivir esto, a la gente que me apoyo de forma incondicional a pesar de tener sus propias dudas, sus propios temores, sus propios mambos, a mi psicólogo que cuando le fui con esto, no se me murió del susto pero estuvo cerca, a mi psiquiatra que en lugar de decir nena piraste, lo tomo como algo cultural, pero yo creo que el día (porque sé que un día va a pasar eso) que yo pueda llegar a la consulta y le diga tres cosas de su vida que no tenga forma de saber, le va a agarrar un patatús, pero bueno sé, que la gente necesita pruebas yo lo entiendo, y yo misma las necesito.
A las personas que son como yo, que me sacaron dudas y me contestaron mil preguntas, (mis temibles e interminables: ¿te puedo hacer una preguntita?) que al final terminaban siendo veinte preguntas distintas y de distintos temas, porque la verdad no sabía para que lado arrancar, que me aconsejaron pacientemente, que me brindaron confianza, a mi mamá médium así me gusta llamarla y a las demás médiums que fui conociendo, por su compresión y apoyo, por creer en mí, a mi tarotista por los sabios consejos dados a tiempo, y por ser tan especial y sensible, y mi profe de tarot por lo asertiva a la hora de hacer observaciones.
A mis amigos espirituales por ser tan buenos conmigo, a maría porque fue la primera que entró en contacto conmigo, a Albert por aparecer cuando necesitaba saber, y al último que llego, trueno mi guía espiritual (que ahora me entere que es un chamán). A mi Papá que desde el cielo no deja de cuidarme y protegerme acá en la tierra.
A mi mamá, que pese a que todo esto le da terror, (ella solo sabe lo de las visiones que tengo) lo banca de manera paciente y sin preguntar demasiado, cualquier cosa paranormal a ella la asusta mucho, a pesar de eso, aceptó que tiene una hija un tanto extraña, sin cuestionarlo demasiado y sin dejar de amarme un ápice por ese motivo.
Como escribí en una entrada anterior, el plato fuerte lo dejo siempre para el final.
No me puedo olvidar del que más me protege, a Dios, en el que creo por sobre cualquier otra cosa, “el jefe” como me gusta llamarlo, a él por más de una cosa le estoy eternamente agradecida. Aparte yo ahora creo firmemente que trabajo para él, es algo que nadie me puede sacar de la cabeza. En realidad esa idea se arraigó en mi mente cuando un día, después de rezar estaba hablando con “el jefe” y le dije yo me ocupo de los de acá, de ayudar a cuanto persona (viva o no) se me cruce por el camino, vos ocúpate de mis asuntos, y yo por el momento vengo cumpliendo, y él también. Por no dejar de creer en mi a pesar de que mi fe estaba por el piso, por acudir en mi ayuda, por no dejarme caer en situaciones difíciles, por tirarme salvavidas cuando los necesitaba, por no permitir que me llegara ese trabajo de magia que alguien estaba orquestando en mi contra en algún momento (esto da para otra de las historias, sé que les va a encantar) por no desampararme en las noches oscuras de mi alma, por mandarme a las personas justas en los momentos justos, porque siempre me pasa eso, de casualidad, no tiene demasiada explicación ni lógica, pero como en mi vida muchas cosas se salen de los parámetros considerados normales, a ese asunto no le doy demasiadas vueltas y lo acepto así como viene, en fin por todo, pero por sobre todo por ser un padre amoroso conmigo y con el resto de sus hijos.
Yo sé que él siempre nos está buscando, el tema es que nosotros a veces no podemos escuchar ese llamado, tan absortos en nuestras cosas de la tierra, tan tapados de bardos y quilombos, pero él no deja de buscarnos, y por algún camino siempre encuentra la forma de llegar a nosotros.
Lo más raro de todo esto fue que cuando yo confirme lo que era, tenía miedo de que las personas dejaran de quererme, de que se asustaran de mí, de lo que yo era. Y todos se encargaron de demostrarme lo contrario, si ese no es motivo de gratitud no se cual lo es, de verdad, gracias totales.
Me acuerdo de algo que me dijo una de la más racionales de mis amigas al comentarle todo esto (aclaro que pensé que me iba a terminar mandando al loquero, ella es medica) le termine de contar y me dice: ellos tienen suerte de contar con vos, tenes un corazón noble y si vos no los podes ayudar, nadie puede. Me quede perpleja, no me esperaba esa respuesta, ella que es una de las personas más buenas que yo conozco, que me dijera a mí que yo era noble, que ella veía nobleza en mí, me mato, me emocione mal, ahora me acuerdo y me dan ganas de llorar de gratitud de amor de todo. Simplemente gracias. No tengo nada más que agregar.
Ahora si me despido
Un abrazo desde mi corazón al de ustedes, que tengan dulces sueños.
Eritrea
Les voy a contar un pequeño secreto cada vez me importa menos que la gente sepa lo que soy, y quien soy, tal vez algun día no muy lejano, me anime a firmar el blog con mombre y apellido, verguenza no tengo y miedo tampoco.
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